miércoles, 2 de abril de 2014

ENTRE COMILLAS

 Hoy quizás torpemente me apetece escribir, un escrito a modo de protesta,a modo de reivindicación,tan de moda hoy en día.
  Reivindico el amor,algo esencial en el motor de nuestra vida,no valen esas excusas hipócritas, que está pasado de moda, ¿los sentimientos pasan de moda?,soez tontería !alimentada por un halo de palabras sin fundamento en las que un rebaño de "seres con razón", se dejan " comer el coco por unos lideres cuya función es obtener el mayor número de adeptos  bajo el palio de vanas promesas.
 Perdemos nuestra esencia en favor de florituras que no sin nuestras,que se nos presetan apetitosa,pero que se pierden en el tiempo,y por lo tantos nos dirigen a la "nada".
  Reivindico la lucha por vivir sintiendo,aunque eso suponga enfrentarse a la masa"informe" en    defensa de nuestra esencia "nuestro yo" y en busca de esa felicidad como fin último entr e cuyos componentes se encuentre " EL AMOR" entre comillas y en su más extendida versión
  No me da miedo ni vergüenza reconocer que AMO y tampoco me siento ridícula.

lunes, 15 de octubre de 2012

SU POEMA, SU RECUERDO

   Sólo le quedaba caminar, acompañado por una suave brisa que acariciaba su rostro. Las farolas, cual candilejas, alumbraban aquellas calles empedradas testigos inmóviles de otros tantos que, como él, habrían pasado por allí, tantas historias recorridas hasta su destino o en su busca. Él, con su mano apretada, como si tuviese miedo de que alguna sombra acechante le quitase aquella hoja arrugada que ella, de manera torpe, le habia escrito antes que esa maldita ingrata y traidora muerte decidiese que tenía que llevársela.
  Se sentó en un banco al lado de un árbol, iluminado por la luz tenue de una farola, abrió su mano y, desarrugando el papel, lo leyó de nuevo:

             No quiero ser ojos para tus lágrimas
             ni boca para tus palabras
             ni el aire que respiras
             ni la flor que hueles
             ni siquiera ese sueño
             del que no quieres despertar.
            Quiero ser tuya, solamente
            sentir tus brazos envolviéndome
            tus labios quemando los míos
            tu cuerpo temblando, tan pegado al mío
            que el palpitar de nuestros corazones sea unísono
           ¿Qué es amar?, me habia preguntado tantas veces
            AMAR es desgarrar el alma
            sentir el cielo sin tocarlo
            quemarte en las llamas del infierno
            sin bajar a él.

  Nuevamente las lágrimas surcaban su rostro, pero las respuestas seguían sin aparecer.    

miércoles, 10 de octubre de 2012

EL CLIMAX Y EL MAR

    Allí, sentada frente al mar, inmersa en mis pensamientos, sentía cómo el mar con su ruidoso caminar queria robarme mi tranquilidad. Insistió e insistió hasta conseguir que en uno de sus arrebatos, mi mente perdiera su equilibrio y, dominándome, me hizo presa de su sentir.
   Su azul intenso me envolvió y con sus olas me abrazó, era todo intenso, una fuerza indescriptible, me hacía sentir la libertad, pero me estaba engañando, quería con sus arrumacos llevarme con él.
  Por un momento sentí el climax, me llevó a lo más alto. Mi cuerpo y mi alma eran parte de él, era sublime, un sentimiento incontrolable, en la que cada una de mis terminaciones nerviosas sentía descargas constantes, mis piernas, mis brazos, mis pechos, mi espalda, toda yo era acariciada de una manera agreste pero a la vez deseosa de que no llegara a su fin. Perdí la noción del tiempo.
   La lucidez apareció y me mostró la arena al fondo, fue un momento de tristeza, por tener que dejar de sentir. Luché, pero era un imposible, pensé dejarme llevar y así lo hice.
  ¿Qué hacía allí? - me pregunté; tendida sobre la cálida arena de una playa desierta, el sol me decía que estaba anocheciendo, dándole paso a aquella majestuosa luna que iba a protagonizar aquella velada.
   Sentí de repente un frío tan gélido que mis huesos parecían haberse congelado y hacía que permaneciese inmóvil, parecia pegada a la tierra. Transcurridos unos minutos, segundos o quizas horas pude incorporarme, quedé sentada mirando la quietud de aquel gigante azul que se tornaba  negro y que, unas horas antes, me habia hecho suya.
  Ya en pie, caminé por la orilla, dejándome acariciar por su calidez. No tenía miedo, pues no me habia querido llevar con él, nada ni nadie me habia trasladado al abismo con esa intensidad.


  Ahora, después de muchos años, recuerdo con nostalgia aquel día, reviviendo cada momento en mi mente pero sin llegar a aquel punto álgido que sólo ocurre una vez y que, por mucho que lo intentes, nunca será igual.




    Quizás sea un poco torpe, pero llevo mucho tiempo sin escribir y hoy sentía deseos de hacerlo. Espero que os guste un poquito.

martes, 15 de mayo de 2012

SIEMPRE ENCUENTRAS EL CAMINO

    Después de dos meses de incertidumbre, de momentos de desesperación, de quinientas miradas a ese teléfono mudo, tomé una decisión. Necesitaba el aire fresco de la montaña, quería que el gélido viento rompiera contra mi rostro, que mis manos sintieran frío y mi cuerpo reaccionara y me pidiera calor.
   Un dos de diciembre, con un orbayo amenizando la mañana, cogí mi coche y algunas prendas de abrigo y, con música de Victor Manuel, sentí un deseo incontrolable de seguir esos caminos que describe en su canciones. Llegué a Mieres, oscura y sórdida, como el color del carbón, denotaba tristeza.
    Bajé del coche y pregunté a una paisana por el lugar en el que se celebraba la romería que motivaba la canción; muy amablemente me dio las indicaciones para llegar.
   Cogí mi mochila, con ropa de abrigo y un bastón, y con un gorro calado hasta los ojos comencé mi andadura. El frío era cortante, pero a la vez reavivante, las sensaciones empezaron a agolparse en mi cuerpo. Según avanzaba en mi ruta empezaba a dejar atrás aquellos meses de llantos y desasosiego, para sentir el placer natural que me aportaban aquellos caminos escarpados y solitarios. El olor a vegetación era como un sentido del olfato andante, no concebía en ese momento nada más, cada parte de mi cuerpo fue percibiendo reacciones diferentes, sensaciones como la lluvia sobre mi cara, el crepitar de las hojas en mi caminar, el ruido del silencio, la soledad buscada, el caminar sin ganas de parar, el dolor de los dedos de mis manos por el frío, aquello era fascinante.
    Paré en un hueco de unas rocas, por la necesidad de secarme. Allí, con unos palos, hice un fogata, sentía que estaba quemando mis malos recuerdos y empezaba otra etapa de mi vida. Después de un rato había cesado de llover, así que reanudé mi caminar. A unos pasos divisé una casa; era una casa humilde y de su chimenea salía un humo oscuro. Al llegar a la altura de la casa di unos toquecitos en la puerta, puesto que no tenían timbre, pero nadie me contestó. Volví a insistir y ahora sí, oí unos pasos sosegados que se acercaban. La puerta de madera vieja chirrió cuan gozne oxidado al moverse, apareció una anciana enjuta, vestida de negro, y con un pañuelo en la cabeza. No dijo nada mientras me miraba, como si hubiese visto un fantasma...
   La saludé tímidamente y ella me invitó a entrar: olía a café recién hecho, una chimenea calentaba la estancia y una luz tenue iluminaba aquel zaguán de madera. La anciana me invitó a sentarme, acercándome un balancín a la chimenea, calor que me reconfortaba gratamente. 

                                                                          
    CONTINUARÁ...                        

martes, 8 de mayo de 2012

UNA PEQUEÑA REFLEXION SOBRE LA SOLEDAD

  Después de hacer una pequeña exposición sobre un hecho particular, se me ocurrió la idea de escribir sobre la soledad y, para ello, he pedido la colaboración de aquellos que me siguen a través de facebook, para que me hablen del significado de ese vocablo y de su contenido para cada uno, ya que me sería de utilidad para escribir un relato que se aproxime lo máximo a la realidad, porque no tengo duda de que todos nos hemos encontrado alguna o incluso muchas veces solos sin querer estarlo, o por el contrario, otras veces necesitando la soledad, no la hemos conseguido. La palabra soledad lleva consigo mucho contenido, haciendo uso de un fragmento de Campoamor :  

 "Y es que en el mundo traidor
nada es verdad, ni mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira"

  Después de esta referencia, creo que tenemos miedo, algo inherente al ser humano. Al igual que la felicidad, ese miedo nos hace no atrevernos a hablar sobre nuestra soledad; soledad que no tiene porque tener un sentido negativo, sino que puede tener la misma carga negativa, como positiva.

  Hace unos días, asistiendo a un taller de filosofía, alguno de los participantes hizo un comentario, alegando que nacemos para ser sociales. Eso está claro, ¿verdad?. Pero también podemos pensar que esa misma sociedad, en muchas ocasiones, nos hace sentirnos totalmente solos, aún rodeados de una gran multitud. Se podría poner por ejemplo: un chico en el colegio que, por una razón u otra, no se relacionan con él, hasta tal punto que le hacen lo que se llama el 'vacío', siendo en muchos casos una amenaza para el adolescente o el niño, puesto que en la mayoría de los casos es traumático, llegando en ocasiones al suicidio, puesto que no sólo se encuentran solos en el colegio, sino que no se atreven a contárselo a sus padres y se aíslan, aún más, y debido a su falta de madurez, sus pensamientos van por derroteros incomprensibles. Este es un caso muy frecuente hoy en día, pero hay muchos más casos de soledad perniciosa, sobre todo en esta sociedad tan estresante que lleva a la depresión, al alcoholismo, a las drogas, a buscar maneras en las que llenar ese vacío, aún yendo en contra de las leyes.

   Como digo anteriormente, la soledad se disfruta si es buscada, pero te ahoga si es ella la que te envuelve y no sabes alejarla de ti.
   Quizás a la introducción del fragmento de Campoamor no se le vea mucho sentido, pero lo que quiero decir es lo que he desarrollado después, la soledad es buena o mala según el cristal de quien la mira...

   Hay otro caso que me gustaria mencionar, es aquella que sufren nuestros mayores cuando los "hospedamos" en un asilo. Quizás con el avance de la sociedad y la continua pérdida de sentimientos, esto va siendo aceptado por nuestros padres cuando llegan a una determinada edad y ya no nuestros padres, sino cualquier otro familiar que, por cualquier circunstancia, se haya hecho cargo de nosotros y cuando formamos una familia y de alguna manera nos necesitan, los llevamos a un lugar extraño con gente extraña y los vamos a ver cuando nos viene bien. En este caso, en mi opinion, aparece el egoísmo, ese egoísmo con afán de no tener ataduras con ellos. Pero no somos capaces de pensar en aquellos sacrificios o aquello que ellos han hecho hasta que nosotros hemos volados solos. No critico esta situación, porque cada uno en su casa hace lo que crea oportuno, pero sólo es un pequeño apunte a recordar.

    Puede que algún otro dia haga otra entrada sobre este tema que cada día afecta a más gente, aunque parezca que tenemos más amigos, pero en muchos casos son amigos de redes sociales (gracias a ello), pero estamos físicamente nosotros frente a nuestro ordenador.

sábado, 31 de marzo de 2012

LA SENSACION DE VACIO

    Mi nostalgia era tan grande que invadía aquella habitacion de color blanco. Carente de identidad, sin un cuadro, simplemente con una cama destartalada, un mesita de noche en la que lucía una triste lámpara con una luz melancólica, una silla de madera antigua y una cómoda desgastada por el uso, coronada con un ovalado espejo que reflejaba la tristeza de mi mirada.

   No sé como terminé allí. Había salido de casa, buscando un refugio para esa tristeza que me arrancaba el alma. Llegué a aquel lugar donde la gente reía, bebía, hablaba, sin entenderse por el volumen de la música, pero qué más daba, no les importaba lo que les contara el otro, solamente estaban allí por cambiar su monotonía. Los demás eran como marionetas, que movían la boca a la vez que sus oyentes se reían. Se envalentonaban, tomando copas, para hacer cosas que por sí mismos no harían; sentí que estaba asistiendo al rodaje de una película, donde no había salido el protagonista, o quizás si, el protagonismo era la ambigüedad, la pérdida de valores como el respeto a uno mismo, el libertinaje al que les llevaba su gran amigo el alcohol y otras sustancias, el traspaso de límites, como la vergüenza, la moral, entendiéndose como la falta de conocimiento, por conveniencia o por ignorancia, de disfrutar de aquellos bellos momentos, sin necesidad de estar atrapados en ese nihilismo que se respiraba en el ambiente.

   Según avanzaba la noche mis ojos eran incapaces de percibir todo lo que me rodeaba, y mi pensamiento no podía procesarlo. Por un momento, salí de allí, caminé hasta un parque cercano, y no me sentí orgullosa de pertenecer a aquella masa informe, que se movía al compás de una misma canción, dónde se habían quedado tantas cosas, como una conversación con unos amigos tomando café, o con tu pareja, así el cortejo de una mujer, por alguien con quien había cruzado una mirada especial, o el acercamiento tímido de la mujer para acercarse a aquel hombre que le atraía, aquellas ropas extravagntes y el culto al físico, habían sustituido esa conversacion interesante y esa admiración por la belleza interior.

   Volví, y la canción seguía sonando y todos bailaban, estaban robotizados, tanto avance para llegar a ser robot, en un lugar donde se invitaba a olvidar sentimientos, no había esposas, ni maridos, ni hijos, parecía que por unas horas habían pasado por una máquina de "despensar".
   Hastiada de aquello, cogí mi coche, e intenté buscar un rumbo, pero fue infructuoso, llegando a aquella lúgubre habitación de un motel de carreteras, desde donde escribí esto.

viernes, 9 de marzo de 2012

SER O ESTAR FELIZ

    Todos hemos oído hablar de esa palabra denominada "FELICIDAD" pero, de la misma manera que lo pongo con mayúsculas, quisiera que la reflexión que hiciéramos sobre ella fuera desde lo más profundo de nuestro pensar. Se utiliza de una manera a veces banal, para explicar momentos fugaces de nuestra existencia, que perfectamente se les podria atribuir otro vocablo.

    Este sustantivo define un sentir, tal vez, pero creo que eso no es del todo verdad. O quizás expresa un estado "qué feliz soy", pero si preguntamos a la mayoría de la gente con las que tratamos a menudo que nos definan qué creen qué es la felicidad, seguramente empezarán a deambular por su mundo pensante y no sepan dar una definición que les convenza, para que el oyente lo entienda.
    Ésta ha sido motivo de estudio de Platón, Aristóteles, Kant, Faucoul, Descartes, Santo Tomás de Aquino, Hume, San Agustín y tantos otros filósofos, cuyos puntos de vista son coincidentes en algunos y totalmente opuestas en otros, dependiendo de la percepcion del ser humano, las ideas, el materialismo, el empirismo. Actualmente los modernos filósofos siguen estudiando el término, cuyo contenido buscamos todos los seres humanos.

  Podría hacer un breve resumen, de como ven la felicidad los sabios anteriormente citados, pero eso es algo que podemos encontrar en internet o en cualquier libro de filosofía.
  Una ciencia que se ocupa del estudio, entre otros, de cosas que afectan a la psique del ser humano, es la psicología, cuyo primer llamado psicólogo fue Wilhen Wund y que dio paso a otros, como Freud, Carl Jung, Pavlov, Melanie Klein, Erikson, Bernabé Tierno que también han hurgado profundamente en el campo de la felicidad, siempre induciendo a los individuos a buscarla, según el estudio de su personalidad.
   Ahora digo yo, ¿se ha encontrado después de tantos siglos, el significado certero y finito de algo tan fácil como es una definición a la cual se llevan dedicando diferentes sabios, psicólogos, psiquiatras tantos siglos?
   No será que esta PALABRA es algo inmanente al ser humano, que nace con ella, pero debe saber encontrarla. Es decir, no se trata de ser felices, o de sentirse felices, puesto que esto seria foráneo, o tendría finiquitud, estamos felices, solamente tenemos que saber vivir esa felicidad, saltando obstáculos, que se presentan, pero ante todo, teniendo la seguridad, que está con nosotros, y que no somos quienes para no dejarla aflorar.

   Diréis "esta chica no sabe lo que dice, debe vivir en un mundo distinto". Pues sí, vivo en mi mundo, como cada lector de estas palabras vive en el suyo, con un escenario común, que es la sociedad en la que nos movemos, pero eso no es parte de nuestro ser, son nuestras circunstancias. Esto conlleva que os preguntéis, ¿qué habla ésta de la felicidad, no lee la prensa, no ve a las personas del tercer mundo? Claro que soy conocedora de todo esto, pero alguien me sabría decir, reiterando la cuestión ¿qué es la felicidad?. Si no sabemos responder con argumentos concluyentes, tampoco podremos hablar de si éste o aquel son felices, y si por un casual es inmanente al ser humano, cada uno tendría que dar su versión de su estado de felicidad, no de su serlo o sentirlo, pues de esta manera habría tantas respuestas que sería imposible recogerlas todas, e incluso una misma persona se podría sentir o ser feliz en distintas ocasiones y por distintas causas.
  Quizás si no la buscáramos tanto, puesto que está con nosotros, no nos pegaríamos de tortas por el camino, aunque no sea politicamente correcto lo dicho, y podríamos vivir en paz con los demás y sobre todo, con nosotros mismos.

   Una vez leído esto, ¿qué se podría opinar del contenido de un término tan melodioso para nuestros oídos pero que según parece, lleva colgado un cartel donde pone "SE BUSCA"?.